El mundo es un pañuelo, de David Lodge


¿No has tenido nunca la sensación, cuando conduces a buena marcha en un tráfico denso, de que todo resulta extraordinariamente precario, aunque todos los implicados parezcan dar por sentada la situación? Todos los conductores parecen tan aburridos en sus coches y sus camiones, tan abstraídos, como si solo quisieran ir de A a B, y sin embargo en todo momento se encuentran tan solo a unos centímetros, a unos segundos de la muerte repentina. Basta con que alguien haga girar su volante unos centímetros más en este sentido en lugar del otro, para que todos empiecen a chocar entre sí. O bien estás conduciendo por una carretera costera llena de curvas, y te das cuenta de que si retirases las manos del volante, aunque solo fuera un segundo, el coche se lanzaría al vacío. Es una sensación espantosa, ya que te das cuenta de lo fácil que sería hacerlo, lo rápido, lo sencillo, lo irreversible que sería todo... A mí me parecía haber hecho algo por el estilo, solo que yo me había desviado de la carretera para encontrar la vida, no la muerte.


Este libro lo leí en 2019, en Granada. Me descubrió un género de literatura relacionado con mi día a día: la novela de campus; la que se basa en historias ambientadas en el entorno académico. Me reí bastante con todo lo que leí de David Lodge después, aunque esta parte es más profunda.



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