Lo que me queda por vivir, de Elvira Lindo


Estábamos riéndonos de aquello cuando de pronto un pensamiento interrumpió su risa de manera brusca y le ensombreció el rostro. Fue como si algún recuerdo voluntariamente marginado en un lugar recóndito de la mente hubiera irrumpido para malograr su idea del pasado.

"Claro que me gustó mi infancia, es la que tuve y es la que quiero", dijo, pero al decirlo se le quebró la voz...


Apuntando mis lecturas, me di cuenta de que casi todo lo que leía era de escritores y de que había leído a pocas escritoras. Pensé mucho sobre ello. Después, leí a Elvira Lindo, Zoé Valdés, Betina González, Belén Gopegui, Arantxa Urretabizkaia, Amélie Nothomb y mucho más.



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